Una exposición alegre y veraniega de Liviana Leone, Toto Zumpano y Stella Kamazón en la Galería Kreuzer

Hasta el día 11 de agosto Amorbach está ubicado en la Costa del Sol - por lo menos para amigos del arte.
La Galería Maria Kreuzer alberga en las próximas cuatro semanas una alegre exposición con pinturas y esculturas de tres artistas que viven y trabajan desde hace muchos años en Marbella.

La entrada recibe al visitante con una intensidad simbólica y colores más bien rebajados: la italiana Liviana Leone no apuesta en sus pinturas acrílicas, que tienen títulos como Sueños en gris o La noche y los sueños, por la realidad ostensible. Ella busca la verdad detrás de la superficie, deja intuir el subconsciente en sus trabajos de asombrosa profundidad, permite al observador mirar hasta honduras místicas.

Después de la formación universitaria en idiomas y literatura, Liviana Leone estudió Bellas Artes en Florencia y más tarde se mudó a Marbella donde abrió un taller de arte.

Especialmente bien puede imbuirse en la memoria de algún visitante el cuadro Me quedo, un juego misterioso con una silueta femenina en distintas situaciones.

Acercándonos a la segunda sala de la galería, las esculturas y las pinturas hacen magia y llevan el verano meridional y el alma mediterránea a Amorbach. Toto Zumpano, arquitecto argentino, que hace 13 años se instaló en Marbella, expone allí sus pinturas con títulos como Laguna azul, Mar negro, Todas las vacas, todas o Cosquilleo. Los títulos que dejan adivinar su mezcla de humor y desbordante alegría de vivir que se transmite sin ruptura al observador. A veces Toto Zumpano recurre a un estilo de casi arte naif y incluye cabezas que parecen influenciadas por Botero. Otra veces combina de manera soberana elementos del cuadro con texto como en la pintura de formato grande Madre naturaleza. Pronto uno se da cuenta que Toto Zumpano ya hace tiempo que ha encontrado su propio e inconfundible estilo. Un objeto que atrae todas las miradas se encuentra en el fondo de la sala: 20 cuadros de pequeño formato que en su unidad forman una alegre obra de arte, pero que aportan buen humor también por separado.

El perfecto complemento lo forman las esculturas de Stella Kamazón. La española, dibujante publicitaria de formación, lo consigue mediante el reciclaje de materiales usados, creando nuevas y atractivas figuras que embargan al visitante desde el primer momento. También aquí los títulos son un importante componente de la obra de arte, por ejemplo en la escultura De rojo alivio donde la madera de raíz da cuerpo a una cabeza inolvidable. O los pájaros hechos de tejidos viejos y enrejados de alambre que escoltan al visitante de la primera sala a la segunda. Llenas de fantasía son también las pequeñas esculturas, por ejemplo Refugio amarillo donde lápices amarillos se unen a una catedral en filigrana de gran elegancia - arquitectura en el microcosmos.

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